El Centro Misionero Bethesda comenzó hace más de cuarenta años, en la ciudad de Bogotá, bajo el lema “Lo imposible no existe, cree en el Señor Jesucristo y todo te será posible.” La razón de este ministerio, fue el llamamiento que Dios mismo hizo y confirmó a su siervo, pastor Jorge Enrique Gómez Montealegre y su esposa la pastora Melida Sánchez de Gómez, para comenzar una obra que aunque tuvo un inicio muy sencillo, evidencio desde el principio el poder y la gracia divina. A través de los años se ha visto la mano de Dios extendida en misericordia actuando a favor de las almas sanando y liberando millares de vidas, que han experimentado ese glorioso milagro del nuevo nacimiento, del cual nos hablan las Sagradas Escrituras. Se abren las puertas de una pequeña iglesia local: Era un lugar con una capacidad máxima de cincuenta personas, se inició con cinco, pero desde su comienzo algo maravilloso comenzó a suceder y es que día a día la gente iba llegando y poco a poco era necesario ir ensanchando el lugar. Dios en su fidelidad y misericordia revelo al corazón de su siervo que el lugar que apenas estaba comenzando sería muy amplio y que allí llegarían miles de almas; ese era su propósito con esta naciente obra. Recuerda el pastor Enrique el primer lote de la iglesia, que fue motivo de mucho gozo cuando lo recibió, era un sitio atascado de mugre, con una puerta de madera muy vieja y destruida, pero con gran entusiasmo comenzó la limpieza del lugar sacando la basura para hacer de allí un lugar limpio, apto para congregar a los hermanos y nuevos creyentes. Cuenta el siervo de Dios que la primera construcción fue una enramada cubierta con plásticos, un lugar muy sencillo, un día vino un ventarrón que se llevó la cubierta de plásticos que tenía y los vecinos comenzaron a burlarse diciendo: “Se les cayó la catedral a los evangélicos” pero lo más precioso es que: la presencia de Dios se manifestaba allí con poder y gloria. En el sector del barrio Las Cruces en la ciudad de Bogotá, fue el lugar donde el Señor permitió que se abriera el Centro Misionero Bethesda, era uno de los sitios más peligrosos, la delincuencia, el vicio, la prostitución y la brujería se albergaban en estos lugares. Conforme a la promesa de Dios de hacer de Bethesda un lugar muy amplio, se fue comprando una a una las casas alrededor, por la calle 2ª, la carrera 9ª, la calle 1ª y la carrera 10, siempre venciendo la oposición que en una u otra forma el enemigo planteaba.
Algo maravilloso para compartir es que llegó un oficio de la Alcaldía Mayor de Bogotá, de parte del consejero para la vida sagrada, un sacerdote católico, en donde se da un reconocimiento al Centro Misionero Bethesda por el apoyo en la disminución de muertes violentas en este sector durante los últimos años. Romanos 5:20 ““….más cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia.” Desde el comienzo de su vida en Cristo, Dios a guiado a sus siervos para utilizar las armas espirituales: Palabra, ayuno y oración. Algo que ha caracterizado al Centro Misionero es que sus puertas están abiertas las 24 horas del día para reunir miles de personas que sienten en su corazón venir a ayunar y vigilar para buscar al Señor. Este fue el ejemplo que el Señor Jesucristo nos entregó. Al ver el crecimiento de la congregación, surge un reto para todo el Centro Misionero Bethesda; LA IGLESIA DEL MILLÓN DE ALMAS, un lugar para reunir a millones de personas que unánimes declaren que Jesucristo es el Señor, la compra de este lugar fue con “$40.000 pesos en el bolsillo” testifica el pastor, mostrando así la aprobación y soberanía de Dios. El Pastor Enrique no puede olvidar que en los primeros días todo el terreno estaba lleno de barro y los hermanos se quedaban enterrados y muchos se caían, eso conmovió el corazón de los Pastores, así que deciden empezar la construcción del auditorio principal y los salones para la escuela dominical, con el apoyo de todos los hermanos y creyendo fielmente que “aunque el primer estado fue pequeño el postrero será mayor”. Así se ha construido paso a paso El Centro Misionero Bethesda, Iglesia del Millón de almas, En la Avenida Ciudad de Cali # 12 – 75; afirmando que para Dios definitivamente ¡lo imposible no existe! No han sido pocos los obstáculos que se han presentado a través de los años, pero Dios ha colocado fe en el corazón de sus siervos, y esa fe los hace aguerridos, que no se intimidan ante los obstáculos que les plantea Satanás. La obra no se ha detenido, ni se detendrá, porque quien va a la vanguardia, es uno que es vencedor y todo poderoso, el Señor Jesucristo, en quien esperan que se cumplan todas las promesas que un día ÉL mismo les dio, entregados así a una vida de servicio con limpia conciencia y creyendo en que “La gloria de esta casa será mayor que la primera”.